Usted

   De la manera que me quedo contemplándolo o cómo dejo caer el peso de mi cuerpo en sus brazos en el momento que nos fundimos en un abrazo, quizá el embobamiento que se deja ver en mi rostro luego de escucharlo reír. También,  puede que me haya delatado mi fascinación por mirar mi reflejo en sus ojos o el vicio (que usted mismo fomentó, desde la primera vez) de querer besarlo.
   Admito que amo su personalidad, reírme de sus chistes que, yo catalogo como malos; pero mas me gusta reír juntos.
   Me encanta que me cuente de sus actividades, anécdotas, de lo que le gusta y de lo que no. En verdad, usted me encanta porque tiene la increíble habilidad de ponerme de cabeza, la facilidad de volarme la sien y el atrevimiento de estar en mi cabeza, de ser mi primer pensamiento al despertar  y el ultimo a la hora de descansar.
  Usted logró sorprenderme con su maravillosa mente. Aún no logro explicarme cómo llego a hacerme creer que toda su persona es una debilidad para mi  y mucho menos encuentro respuestas al derecho del que se apropió. Sabe a lo que me refiero... Ese derecho de sea usted quien vea otra parte de mi, esa parte que ni yo me animo a ser.
  Si bien  ya sabe lo que me esta pasando, ésta confesión es mas para mi que para usted, ya que pudo notar que me había enamorado antes que yo.