martes, 29 de agosto de 2017

Las mejores confesiones nos las regalabamos estando solos.
Inventabamos un lugar y nos desnudabamos, sin filtros ni ataduras.
No podía compararse  esa cuota de amor que nos brindabamos. Porque ese momento era nuestro, nos permitiamos ser egoístas, concetrandose el uno con el otro.
Ahí, nos declarabamos miedos, ideas, angustias, sueños, dolores, anhelos.
Ahí, nos mostrabamos transparentes, estábamos realmente desnudos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario