lunes, 28 de mayo de 2018

Desencontrados.

No me animaba a inmortalizarlo en mis letras por miedo a descubrirlo, a descubrirme. Su secreto llegó a ser  el mio cuando sentí  que su presencia logró  cambiar mi humor y todo mi día. Cuando me abrazaba, cuando me robaba una sonrisa, cuando buscábamos una excusa para vernos; nuestras miradas cuando se cruzaban llenas de complicidad, intentando seducirnos, rogando por otro recuerdo, cuando esa noche pude acariciarlo y sentir que eramos todo y nada. Porque eso eramos, todo y nada, para nosotros y para nadie. Porque cuando el tiempo era efímero, nosotros también. El reloj  marcaba la hora de sincerarnos pero también nos mentíamos un poco,  para no matarnos, les mentíamos a todos.Me tocó despedirme porque nos encontrábamos para desencontrarnos.  En cada adiós,  yo ya no era suya y él ya no era mío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario